‘Relatos Salvajes’: Instintos naturales

Salir del cine con una media sonrisa cómplice y, además, haber tenido la sensación de haber disfrutado cual niño pequeño con un caramelo es lo que me ha dejado ‘Relatos Salvajes’. jugando con algo interesantes, perverso, animal y, como su nombre indica, salvaje.

Dirigida por Damián Szifron, nos propone seis historias autoconclusivas donde sus protagonistas, interpretados por un puñado de buenos actores argentinos (Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia o Darío Grandinetti, entre los más conocidos), se ven envueltos en una serie de situaciones donde, observaremos, que se van a dejar llevar por sus instintos más profundos. Situados ante tensión, acumulación de problemas o un shock veremos cual es su forma de reaccionar. Cada acción lleva a una consecuencia, pero estas pueden ser imprevisibles…

Los sentimientos van en varias direcciones, muchas veces el amor puede esconder odio, el querer a alguien puede provocar querer matar a otra persona, la venganza, el dolor, la tristeza, la frustración, el fracaso, el rencor… Los más felices pueden darnos un giro de la vida donde el optimismo se extienda a toda rapidez, pero todos los negativos pueden provocar el efecto contrario y una serie de comportamientos alterados que quizás no conocíamos.

Dentro de la comedia negra que es ‘Relatos Salvajes’, y las risas que provoca, se esconde el reflejo de la parte oscura que hay dentro de todas las personas. Quizás en ese punto es donde el público ríe nervioso y piensa «Y si yo estuviera en la misma situación…». Pero deja de pensar, no sea que la respuesta provoque en él una reacción que le sorprendería, o ¿Quizás no?

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