El mundo de las relaciones humanas es muy complejo pero, en buena parte de las ocasiones, pasa por tres fases muy claras:
- El enamoramiento: ya sea literalmente o lo que es llamado un bromance. El conocerse poco a poco, ir descubriendo cosas interesantes, pasárselo bien juntos, disfrutar y todo parece tener un aire nuevo en el mundo.
- La pasión: todo se vuelve más intenso, apasionado, brutal, excitante… se convierte en una complicidad única que piensas que va a durar para siempre. Nunca te has sentido así, aunque ya te haya pasado anteriormente.
- El desencanto: Todo principio tiene su final. Las cosas ya no son como antes. No existe esa misma chispa y todo se va desinflando lentamente. A veces con discusiones y a veces con sensaciones.
Aunque no tiene porque ser siempre así, la realidad es que existe esas relaciones que perduran en el tiempo, que siempre están ahí con mayor o menor pasión pero nunca con desencanto y con un enamoramiento permanente de una forma especial, diferente y mágica. La familia que uno decide.