Me dedico a observar sentado en mi toalla. Simplemente a mirar con detenimiento. El atardecer llega a la ciudad condal, la playa se vacía lentamente. Sin prisa, como si el tiempo entre la arena fuera ralentizado. No existe el estrés, las prisas ni la ansiedad.
Una familia ríe alegremente mientras recogen su nevera portátil, ya vacía, la sombrilla y van camino del asfalto de la ciudad. Un chico y una chica juegan en el agua aprovechando hasta el último momento del día. Otros siguen tumbados, algunos de charla y otros casi roncando, quizás por pasar la noche anterior de fiesta.
Giro mi cabeza puedo observar mis pies llenos de arena, juguetear con ella, dejar formas que inmediatamente desaparecerían. Sería una forma efímera mientras el sol va desapareciendo al fondo del mar.
¿Es otro día cualquiera? No, es ese momento, el aquí y ahora, en este instante. Eso es lo que importa.
Encontrar ese momento donde solo importa ese momento es algo que muchas veces no hacemos y es algo que deberíamos hacer mucho más.
Me ha gustado el texto. Saludos.